Fabricación de barricas de roble nuevas

En Barricas Españolas fabricamos barricas de roble en todo tipo de medidas desde 4l hasta 500l. Contamos con una larga experiencia en la fabricación de las barricas, los medios técnicos más avanzados, y sobre todo utilizamos la madera de roble certificada de los mejores proveedores, lo cual garantiza que todo el proceso de elaboración de nuestras barricas sea todo un éxito de calidad.

Para que el vino sea el producto de calidad que a día de hoy conocemos, la barrica de roble es uno de los elementos que más ha contribuido en su obtención. La barrica nos ayuda a suavizar la textura del vino y lo estabiliza, también nos ayuda a que los taninos se polimericen, obteniéndose un paso mas redondo en boca y agradable. Además contribuye agregando sabor y aromatizando el vino, con notas de aroma: a tostados, vainillas, humo, tabaco, chocolates, balsámicos, frutos secos, etc.  Según el tipo de roble utilizado conseguimos diferentes propiedades, el roble francés aporta diferentes sensaciones al vino, como notas ahumadas y especiadas y longitud en boca, mientras que el roble americano proporciona notas golosas a coco, plátano y vinos más amplios, grasos y de menor longitud.

Para fabricar una barrica de roble es necesario proceder al corte del tronco para obtener las “duelas” o piezas que la forman, que en nuestro caso las utilizamos de 35mm. Después al secado con el fin de que la madera pierda humedad y que debe ser realizado exponíendola a los rayos del sol y no usando métodos artificiales. A continuación tendría lugar el calentamiento de las duelas para permitir el doblado de la madera y dar la forma abombada característica. Una vez hecho esto, se procedería al quemado de la parte interior de las duelas. Finalmente, al ensamblaje de las mismas.

Los mejores whiskys del mundo se crían y envejecen, madurando en barricas de madera de roble de gran calidad, como son el roble americano y francés. Tal y como hemos descrito nuestro proceso de fabricación, asociándolo a las barricas de vino, el mismo proceso es el que seguimos para las barricas de whisky,

La madera de roble permite dos características fundamentales en la crianza y envejecimiento del whisky: En primer lugar que los taninos, lípidos y otros elementos aromáticos que residen en el roble, interactúen con el whisky con el que está en contacto, y en segundo lugar, que el whisky almacenado en la barrica “transpire” muy lentamente, siendo el roble el encargado de regular la interacción del whisky con el medio ambiente donde está almacenado.

El roble francés aporta al whisky unos aromas y sabores típicos a frutos secos, cítrico de naranja y especias, y el roble americano a vainilla, cítrico de limón y coco. 

Para conseguir un aumento de la interacción entre la madera de roble y el whisky, las barricas se queman o tuestan, diferenciando diferentes niveles de tostado para potenciar el proceso de intercambio. Por ello, si en lugar de guardar el whisky en barricas de roble se usaran barriles de acero inoxidable, ninguno de estos fenómenos ocurriría. El inox mantendría en forma inalterable el whisky, no modificando su color, ni sus aromas ni su estructura.

Sin la madera, el whisky sería más alcoholico, más pobre en matices y menos seductor.